sábado, 1 de febrero de 2014

La verdadera comunidad

Nunca un simple viaje de 3 semanas, por un país tan lleno de historia y cultura como Nepal dio tanto. Un viaje ya hecho por otros, casi habitual para algunos amigos/as y tan único para uno mismo. Nada influye, nada pesa, eres alma libre para decidir sin miedo. Nunca un viaje enseñó tanto y movió todos los cimientos que como ser humano creías socialmente instaurados en ti. ¡Cómo es posible que 25 niños/as te enseñen que es la verdadera comunidad humana! La verdadera comunidad antepone el individualismo por los intereses y la protección del grupo, se ayudan entre ellos sin esperar nada a cambio, se defienden para que nadie interceda en su actividad, se cuidan, se ríen y se lo pasan bien, discuten y se arreglan, se organizan para que entre todos puedan construir un grupo humano capaz de cualquier reto. La verdadera comunidad es sensible, es responsable, es alegre, soñadora, terca y perseverante, es compasiva, condescendiente, la verdadera comunidad se crea por voluntad e integración de sus seres. En la verdadera comunidad se busca el apoyo en el grupo, se confía en los amigos, asumes funciones o tareas y aportas al grupo tus conocimientos para el bien común, tienes momentos divertidos y momentos de trabajo, eres libre para opinar y actuar manteniendo el respeto a tus compañeros. La verdadera comunidad es real y factible, tan solo tenemos que sacar de nuestro interior todo lo bueno para ayudar a quien lo necesite sin esperar nada a cambio, mirando por el bien de los seres que la conforman. Tenemos que volver a ser niños/as de vez en cuando.

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