¿Por qué votar nulo?
Porque votando nulo conseguiremos constatar de que algo está pasando, para que los políticos no sean tan indiferentes y alejados de la realidad de la calle.
Votando nulo conseguiremos levantar la voz al unísono y no por separado, diciendo “basta ya” de mentiras y falsedades, de criticarse los unos a los otros como si no existiera una ciudadanía conocedora de la realidad.
Votando nulo no seremos muchos ni varios, desperdigados, ¡no!, seremos uno muy grande, una opinión y una idea única, con un claro mensaje: no estamos de acuerdo con lo que haceis ni con lo que pensais.
Si votamos nulo 3 personas, 10, 1000, no conseguiremos nada, si votamos nulo 1.000.000 de personas, 2.000.000 o más, dejaremos sentir de forma muy clara nuestro malestar, nuestra disconformidad con las ideas banales y sin recorrido que plantean en los lemas de la campaña electoral nuestros queridos políticos.
Tenemos que votar nulo con esperanza, motivación, sin pensar “eso no vale para nada” o “ya votarán otros nulo también” porque entonces caeremos en lo que ellos quieren, en la ignorancia y en la indiferencia, le daremos alas para que sigan haciendo políticas destructivas con la sociedad, nos envíen mensajes cargados de demagogia, nos pondrán y nos quitarán los derechos según les convengan, nos seguirán prohibiendo según sus intereses o los intereses de los grandes grupos empresariales.
Tenemos que votar nulo con ilusión, con un objetivo claro, con la intención de conseguir más que dar una opinión un día, cada cuatro años y quedar en el olvido, tenemos que votar nulo para iniciar una nueva época donde el poder sea del pueblo, con soberanía y poder de decisión más allá de la escucha pasiva y opinión perdida en el olvido a la que tenemos derecho.
Votaremos nulo sabiendo lo que queremos, lo que pretendemos, sin indecisiones, altibaos o dudas, porque todos queremos lo mismo y, eso es que se nos escuche y tengan en cuenta cada día que quien se hace político o es político lo es para servir y hacer que un pueblo progrese, no para corrompir, robar, engañar y les hagamos pleitesía, porque quien los pone ahí somos nosotros, sus clientes, sus usuarios, sus compañeros de viaje y, como tal, ellos son los que deben permanecer inquebrantables en sus ideas y no perder nunca, jamás, el respeto por las personas.
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