lunes, 2 de diciembre de 2013
Un tejido social, la clave
Los sucesivos gobiernos de nuestro país, así como de otros tantos países europeos no cesan en los mensajes de optimismo a la sociedad, que si salimos ya de la crisis, cuando al principio ni la había, que si debemos retomar el camino que nos llevó al éxito o que los datos verifican que hemos tocado fondo.
Lejos de basarnos en el producto interior bruto, producto nacional bruto, índice de producción industrial, tasa de desempleo, etc. Simplemente, veamos el ánimo de las personas.
La desesperación, el agotamiento, el cansancio o incluso la pereza son calificativos para definir ahora mismo a cualquier persona sin trabajo o sin ingresos recurrentes que le permitan, al menos, subsistir.
Los que tenemos un trabajo en estos momentos, mal haríamos si no somos conscientes de ello, mas peor haríamos si la indiferencia se instala en nuestro día a día.
Si no confiamos en los políticos, ni en las empresas actuales, si no creemos en el sistema que hemos montado, ¿por qué no confiamos en nosotros mismos? ¿por qué no nos damos la oportunidad el uno al otro? ¿por qué no nos ayudamos? pero de verdad...nada de demagogia, nada de palabras bien dichas, nada de hechos a medias.
¿Cómo es posible que personas con multitud de conocimientos y con 55 años, deseosos de ser productivos no estén trabajando?
¿Cómo es posible que una personas de 25 años, sea con carrera y máster o con un ciclo formativo superior y deseosos de trabajar no encuentren oportunidades?
Pues sencillo, nosotros mismos nos hemos dejado llevar por el propio sistema, nosotros nos metimos en él buscando títulos, queriendo depender de un nómina para poder consumir, queriendo estar cómodos y tranquilos pero ante todo, no asumiendo el riesgo ni queriendo confiar en otras personas.
Si alguien emprende, ¿por qué se dice que arriesga? para nada, si alguien emprende es una persona con valor, con fuerza, con iniciativa, pero no arriesga, simplemente se hace menos dependiente del empresario, del banco, de la compañía de luz (que eso es otro debate que da para mucho). Cuando alguien emprende necesita que otro le eche una mano, que compre sus productos, que contrate sus servicios, y así sucesivamente ,dejándonos de egos, de yo he salido solo de esta, nada de eso, nadie sale solo de nada, si tú has montado un negocio y te va bien que nunca se nos olvide que es porque otra gente ha confiado en tu trabajo y en lo que ofreces, ¿por qué no hacemos lo mismo?
Se trata al fin y al cabo de crear ese tejido social que permita la equidad entre las personas, pero lo necesario para ello no está en manos de políticos, ni economistas, ni ingenieros, ni empresarios, ni bomberos, porque todo ello son profesiones, lo necesario para crear ese tejido social está en la persona que cada uno alberga en su interior.
En fin.................
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2 comentarios:
Resignación??? Tambien está en el ánimo de las personas, no crees?.No en todas ,por supuesto,las que no se resignan salen a la calle para hacerse oir las demas nos quedamos en casa.
Valor para emprender,ja!,y un par de 'cojones' (perdona por la expresión)por que para abrir un negocio te pierdes por los vericuetos de la burocracia...
Que tu 'tejido social' esta muy bien,todos dependemos de todos en mayor ó menor medida,pero resulta que nadie es profeta en su tierra, que la envidia es muy mala y hay que tener mucha 'correa' para tratar con el público...que hay que tener valor ,si.Que hay que tener iniciativa ,si.Pero tambien se arriesga...todo está ,como siempre ,en nuestro interior. Nieves.beso.
Bueno, quizás está lo que debería ser y lo que es. No es utopía, se puede hacer.
Gracias por tu aportación.
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